lunes, 27 de enero de 2014

ABRAZOS GRATIS EN EL CEIP BUENAVISTA

La palabra y el amor responsable son nuestras armas. Aquí tenemos una muestra de nuestro trabajo diario:


LA IMPLEMENTACIÓN DE LA AUTOGESTIÓN DE PROBLEMAS

LA IMPLEMENTACIÓN DE LA AUTOGESTIÓN DE PROBLEMAS.
EDUCANDO DESDE EL AMOR RESPONSABLE.
 (Artículo publicado en revista: Andalucía Educativa) 
José F. Murillo Yélamos
Coordinador del programa “ESCUELA: ESPACIO DE PAZ” en el CEIP Buenavista (Huércal de Almería)

La mejora de la convivencia es, sin duda, una de las prioridades en los centros educativos en la actualidad. Para ello, en el CEIP Buenavista se está desarrollando la “Autogestión de problemas”, una dinámica de trabajo que pretende darle VOZ al alumnado mediante la resolución de los problemas que surgen en la convivencia diaria, utilizando el problema como una poderosa herramienta educativa para la formación integral de nuestro alumnado y su desarrollo como “BUENAS PERSONAS”.


Para compartir nuestra experiencia y entender sus beneficios plantearemos algunas situaciones que se dan a diario en el CEIP Buenavista:

-       La organización y elección democrática de juegos cooperativos por parte del alumnado en el recreo sin la intervención de los docentes.



-       La realización de juegos y actividades del alumnado de cursos superiores a niños y niñas de cursos inferiores.
Ver ejemplo en:

-       Estos juegos y actividades que el alumnado hace a otros pueden ser fruto de un proyecto de investigación, dando utilidad al aprendizaje.
Ver ejemplo en enlace:


Ilustración 3 Cristóbal mostrando su trabajo de investigación y detrás los diferentes contratos realizados por el alumnado
-       La redacción de compromisos escolares y educativos firmados por familia, profesorado y alumnado. Los compromisos son propuestos por cada niño o niña en función del problema o por el grupo clase.
-       La resolución de un conflicto sin mediación de un maestro, maestra u otro compañero o compañera.
-       Un alumnado pensando, hablando y escuchando desde el corazón con un objetivo compartido: SER BUENA PERSONA.

Pero… ¿cómo llegamos a estos resultados?¿cómo planteamos al alumnado la autogestión de problemas?, ¿cómo liberamos a la clase de la autoridad del docente y le hacemos verdadero protagonista del proceso de enseñanza y aprendizaje?, ¿cómo cambiar nuestro rol típico de ser la autoridad en clase y ofrecernos como “expertos o expertas”?
Veamos desde la narración de una experiencia docente la implementación de la autogestión de problemas.
Cuando llegamos el primer día de clase tanto el alumnado como yo, el maestro, presentamos expectativas con respecto a las sesiones. Con el motivo de explicitar las ideas que tenemos sobre estas clases, después de presentarnos el primer día, lanzo la pregunta:
“¿Cuál creéis que es el objetivo el principal objetivo a alcanzar?”
            Las respuestas más habituales son: “Aprobar todos los exámenes”, “no portarme mal”, “aprender a hacer deporte”, “hacer caso al maestro”… (transcripciones del primer día de clase del curso 2011-2012). Después de estos comentarios, señalo al grupo que mi objetivo inicial como maestro para estas clases es que SEAMOS BUENAS PERSONAS, esto es…. Y respetar a los compañeros y compañeras.
Una vez hemos explicado y dejado claro el objetivo que como docentes perseguimos, planteamos el segundo grupo de interrogantes:
“¿Van a surgir problemas en clase? ¿Creéis que vamos a tener problemas durante el curso? ¿quiénes pensáis que es bueno/malo que surjan problemas?”
Normalmente cuando realizamos esta pregunta al comienzo del curso el alumnado señala que va a tener problemas, los que consideran que será negativo lo asocian normalmente a situaciones de peleas y los que consideran que son positivos indican que se lo pueden decir al docente y resolverlo.
En este momento explicamos que, según nuestro punto de vista, que surjan problemas es algo normal, ni bueno ni malo y que mientras los resolvemos podemos aprender mucho. Igualmente explicamos que en las clases está PERMITIDO equivocarse, pero que cada equivocación exige buscar una solución para evitar que suceda otra vez.
Señalamos una primera “estrategia”: cuando surja algún conflicto “nos sacamos a problema” fuera del grupo para RESOLVERLO, sólo podremos entrar en la dinámica del grupo cuando hayamos resuelto nuestro problema y seamos capaces de darnos un abrazo de corazón. Aquí el docente debe señalar los momentos en los que se puede y no sacar a problema, argumentando las razones. En clase se puede habilitar un lugar y un semáforo que marque la posibilidad o no de sacar a problema, mientras que en el patio pueden existir zonas de “PROBLEMA”.
“¿Cómo sacamos a problema y cómo salimos de problema?”
Explicamos que cuando surge un problema en la clase lo que tenemos que decirle al compañero/a es “problema”, y los dos se van a un lugar de la clase o pista para hablar de su problema cogidos de la mano, se sientan tocándose los pies y cuando lo resuelvan se dan un abrazo y vuelven a la actividad.
“¿Qué pasa si decimos problema a un compañero o compañera y no sale a problema?”
Les comento que, al principio, sí intervengo yo: tenéis que venir a mí y decirme que no quiere salir a problema, yo os diré que se lo digáis directamente y si no sale a problema yo lo sacaré a problema.
En los primeros días de la implementación es habitual que algunos alumnos y alumnas no acepten esta dinámica y “pasen” de ser sacados a problemas, al principio y sólo al principio, esto se convierte en el problema del docente y saca a problemas al alumno/a que no quiera participar.
Seguimos realizando preguntas…
“¿Qué pasa si hay un problema colectivo? ¿qué hacemos si se produce un problema colectivo?”
El alumnado responde y acepta que no puede realizar ninguna actividad con falta de respeto y después de pedirle su opinión reconoce que debe solucionarlo. Para los problemas colectivos proponemos resolverlo entre todos a través de la asamblea: toda la clase, incluido el maestro, debemos posicionarnos a la misma altura, en círculo y con un niño/a como moderador, que da el turno de la palabra.
Cuando encontramos la solución entre todos volvemos a jugar o a trabajar en clase. La asamblea sirve para buscar soluciones y no para castigar a nadie, el respeto en clase es básico.
El trabajo en clase continúa en calma hasta encontrarnos con el siguiente problema que volveremos a resolver “sacando a problemas” o mediante las “asambleas”.
Al hablar en estos términos y no comenzar la sesión con tareas, el alumnado suele mostrar ansiedad por comenzar a trabajar. Es en este momento cuando organizamos la clase en forma de asamblea y explicamos la tarea, creando la necesidad de dar más pasos hacia la autogestión. No pasa mucho tiempo cuando se producen los primeros conflictos entre el alumnado o situaciones que exigen a cada alumno y alumna tomar sus propias soluciones. Sin embargo, la primera reacción del alumno o alumna es, como siempre, ir a buscar la solución en el docente: “Maestro, María me ha pellizcado” “Maestro, Juan me está empujando” “¿puedo ir al servicio?”….
Es aquí, cuando el docente a un niño o niña que viene con la “queja”, “chivatazo” o “problema” sobre otro niño o niña le responde con una pregunta tipo ¿se lo has dicho a él o ella? ¿con quién tienes el problema tú? Es habitual que, al principio, manifiesten confusión y reclamen nuestra intervención para ofrecer herramientas al alumnado, para resolver los primeros problemas que se plantean.
Al comienzo, normalmente el alumno o alumna no es capaz de resolver el problema que tiene ya que, independientemente de la edad, no encuentra la forma de expresar lo que siente a su compañero, por ello necesitamos habilitar espacios y tiempos para expresar emociones y explicar como utilizar la asamblea y el problema.
Después de plantear estas variables para la autogestión (espacio y tiempo), necesitamos debatir en asamblea cuáles van a ser las normas que establecemos entre todos para trabajar en clase y resolver los problemas. En las primeras sesiones actúo como moderador de la asamblea, siendo sustituido por un alumno o alumna cuando la asamblea establezca un criterio para regular quién desempeña la figura del moderador.
Todos los pasos que damos deben favorecer la autogestión de la clase por parte del alumnado aunque, como es lógico, en las primeras sesiones el alumnado es normal que se sienta desorientado, necesitando ayuda sobre cómo utilizar la asamblea y el problema para resolver los problemas. Es aquí cuando ofrecemos nuestra experiencia como expertos en autogestión y en educación.

El camino hacia la educación con amor responsable y la emancipación está basado en unos principios. Podemos resumirlos en:
-       El alumnado es el verdadero protagonista de su aprendizaje.
-       Todos y todas los integrantes del grupo clase, incluido el docente, tienen derecho a expresar su punto de vista. Se aceptan opiniones pero se exigen argumentaciones.
-       El respeto y el buscar puntos de entendimiento deben regular nuestros intercambios comunicativos. Siempre tenemos presente el gran objetivo: SER BUENAS PERSONAS.
-       Los problemas no son malos, son algo normal y nos ayudan a aprender.
-       La solución a los problemas es individual (cada uno resuelve su problema). Aunque las soluciones puedan afectar a todo el grupo, cada miembro de la clase debe entender que la solución a los problemas pasa por el trabajo personal.
-       La figura del mediador o mediadora pasa a un segundo plano; no queremos hacer alumnas y alumnos dependientes.
-       Las emociones juegan un papel importante en la dinámica de clase. Expresamos nuestras emociones y respetamos las emociones de los compañeros y compañeras siempre atendiendo al contexto en el que nos encontremos.
-       Cuando un compañero o compañera tiene un problema que por cualquier motivo, frecuentemente emocional, le impide encontrar la solución, se aplica la regla de AMOR RESPONSABLE. Esto supone prestar ayuda a esa persona desde la responsabilidad, mostrando apoyo emocional pero confrontando sus ideas con otras que le permitan encontrar una solución válida para “su” problema.
-       El docente ejerce como experto realizando una propuesta de actividades y juegos para realizar la sesión con unos objetivos. Estas actividades pueden ser modificadas si las actividades propuestas como alternativa favorecen la consecución de los objetivos planteados.
¿En qué se basan estos principios?
Los alumnos y las alumnas deben percibir que:
-       Los problemas tienen soluciones que dependen de ellas y ellos. Asumimos equivocarnos como una forma de aprender y que todo se puede mejorar. FACTORES INTERNOS.
-       La solución a los problemas no dependen de la suerte. Existe control sobre la situación (FACTORES EXTERNOS Y CONTROLABLES).
-       El resultado final depende de nuestro esfuerzo. FACTORES ESTABLES.
-       El grupo nos da fuerza. LAS NORMAS ACEPTADAS POR EL GRUPO son esenciales, cualquier persona que no cumpla las normas está fuera del grupo hasta que ofrezca una solución al grupo aceptada en asamblea.
En cuanto al docente los principios se regulan en torno a dos ejes:
-       Dominio de los conocimientos docentes: estrategias de enseñanza, conocimiento de la materia, adaptación del currículo….
-       Educación desde el corazón: No podemos pedir que el alumnado exprese sus emociones si no nos abrimos a la clase. En general, cuando nos encontramos a un alumno o alumna “peleado con el mundo”, que no acepta las normas, aunque no conocemos los motivos de sus bloqueos, sí podemos expresar de una manera clara que nosotros, los docentes, estamos a su lado. Expresiones del tipo “estoy para ayudarte, mira a mis ojos, eso no miente, yo te quiero y por eso cuando lo haces bien te lo digo y cuando te equivocas también te lo voy a decir” son habituales en esta dinámica de clase.
En cuanto al resto de la comunidad educativa:
-       Todas las actuaciones en el centro deben de ser compartidas con el resto de miembros de la comunidad educativa. Las referidas a la autogestión de problemas en el CEIP Buenavista se pueden visitar en:

Ilustración 4 Alumnas y alumnos del CEIP Buenavista presentando la autogestión de problemas en las jornadas sobre buenas prácticas organizadas por el CEP de Almería
Para finalizar, resaltar la importancia de trabajar con nuestro alumnado para su futuro, no nuestro pasado, aprendamos de él para plantear nuevos problemas que les ayuden a crecer como buenas personas. Vivamos todo este proceso desde el corazón. El amor responsable nos acerca al alumnado y nos ayuda a crecer en una verdadera comunidad educativa…


¡PODEMOS!